lunes, 4 de agosto de 2014

La Historia del Vino.


La historia del vino

 

La fecha y situación en la que se dio el descubrimiento del vino, así como su descubridor son aún desconocidas, pero existen muchos datos a lo largo de la historia que nos dan la facilidad de formarnos una idea al respecto, la idea más aceptada es la de que, en la época del hombre primitivo, alguien dejó unas uvas olvidadas en algún recipiente y debido a las condiciones del ambiente, estas se fermentaron y dieron origen al vino.

Los registros más antiguos acerca del cultivo de la vid apuntan al Cáucaso, pues los arqueólogos encontraron semillas de vid de más o menos siete mil años de antigüedad.

Entre los datos más remotos que se tienen, se encuentra un documento Veda anterior a los Fenicios, escrito por un sabio llamado Pulastaya, que menciona un antepasado del vino sacado de una “Dranska”(viña, en Sánscrito) lo que lleva a la idea de que las tribus nómadas de Arios de Asia central, que invadieron la India a mediados del segundo milenio antes de Cristo, pudieron haberlo bebido, puesto que ya consumían bebidas fermentadas provenientes de la maceración de dátiles, caña, coco y pimenta negra.

El vino ha sido muy importante a lo largo de la historia para muchas civilizaciones, empezando por las más antiguas: Sumeria, Egipcia y China (que florecieron entre 3,500 y 1,500 a.C.) y luego la Romana y Griega; las cuáles, al tratar de explicar el origen del vino se valieron de historias fantásticas que ligaron fuertemente a sus creencias religiosas y expresaron de muchas maneras; por ejemplo, mientras que los sumerios rendían culto a la “madre cepa”: la diosa Gestín, a “la buena cepa”: el dios Pa-gestindug y a “la dama del fruto embriagador”: Nin-Kasi, Brahma era el dios del vino para los vedas, Dioniso para los griegos y Baco para los romanos; En la Epopeya de Gilgamesh (1800 a. de C) se menciona un viñedo mágico de piedras preciosas, en la Ilíada y la Odisea 1000 a.C. se también se hace referencia al vino.

En Persia, más o menos 7 siglos a. C. ya existían viñedos al sur del Mar Negro (Asia menor); en el libro sagrado de Zoroastro, EL Zendo Avesta, se afirma que los persas fueron los primeros en mezclar los vinos para mejorarlos. Incluso existe una leyenda que habla acerca de un rey persa llamado Jamshid que disfrutaba de comer uvas, a veces las guardaba y en una ocasión descubrió el jugo fermentado de las uvas y pensó que era veneno, una de las cortesanas del harém del rey decidió suicidarse porque el rey ya no la apreciaba, bebió el vino y se embriagó, convidó al rey de esa bebida y fue así como se descubrió el vino.

Los egipcios, plasmaron escenas en monumentos, tumbas, estelas y pinturas, donde el vino es el tema principal; tenía un papel importante en sus celebraciones religiosas puesto que creían que el vino era lágrimas de Horus o el sudor de Rah; Y lo obtenían colocando las uvas en un saco atado con un palo a cada extremo, que después retorcían en direcciones opuestas para extraer el jugo. Varios escritores antiguos apuntaron sobre el tema, por ejemplo: Estrabón, Dion, Ateneo, y otros; El vino de Mariotis, “Un vino blanco, dulce y de olor muy agradable, que no se sube rápidamente a la cabeza.” (Ateneo de Náucratis), este vino además podía guardarse por tiempo indefinido sin que perdiera sus propiedades. Se ha descubierto que los egipcios fueron de los primeros en “etiquetar” sus vinos, apuntando en los contenedores el nombre del viticultor, el viñedo y la fecha de producción. El Teniótico, Anthulla y el Sabenítico eran los mejores vinos de la cuenca del Nilo. El faraón tenía su propio sommelier.

En las celebraciones sociales el vino daba un alto estatus, todos bebían, incluso las mujeres; no se establecieron reglamentaciones para controlar el consumo, las cuáles sí existían en otras religiones.

El vino además se usaba como medicamento.

En china, en el libro de los cantos se narra acerca de ceremonias religiosas con danzas rituales donde el vino era de gran importancia y en el Tchen-Ly-Tsin se habla de la viticultura. Para cuando se ordenó la construcción de la muralla china, el vino ya era un producto de importación.

Los griegos preferían vinos como el Malvasia: viejos, dulces y concentrados. Desde Grecia pasó a Roma el conocimiento sobre la vid, porque varias de las cepas griegas fueron llevadas a sus colonias en el sur de Italia.

La expansión del imperio romano más allá del mediterráneo significó también la expansión de la vitivinicultura hasta llegar a borgoña, burdeos y la península ibérica, a finales del siglo 1 el vino de las Galias se exportaba a Roma y para fines del siglo 3 los viñedos ocupaban en Europa las regiones que actualmente ocupa.

La Biblia es uno de los documentos antiguos donde existen muchas citas relacionadas con el vino, la primera borrachera de la que se tiene registro explícito es precisamente en la biblia, donde se relata que Noé se embriagó con vino de una vid que él mismo había plantado (La biblia, libro del Génesis 9:21), también se menciona que luego de la destrucción de Sodoma y Gomorra, Lot se fue a vivir a un sitio apartado con sus dos hijas, quienes para evitar la extinción de su linaje, emborracharon a su padre para cometer incesto y asegurar su descendencia al engendrar hijos con su propio padre (Génesis 19.33-36), otra cita se hace en las bodas de Canaán, donde Jesús convirtió el agua en vino (San Juan, capítulo 2. 1-11), en otras páginas aparece que Jesús dijo: “Yo soy la Vid” (Juan 15.1-5); y hay que destacar las líneas donde se habla de la última cena, cuando al bendecir y compartir el vino también dijo: “Tomad y bebed todos de él, porque esto es mi sangre, sangre de la alianza nueva y eterna que será derramada por vosotros para el perdón de vuestros pecados” (Marcos 14.23-25)g, el vino simbolizaba su sangre.

Durante la Edad Media la iglesia se encargó de preservar la viticultura al colapsar el imperio romano, para poder abastecer la demanda popular como la propia pues el vino era muy necesario para las ceremonias religiosas, fueron las ordenes de Cister y Cluny los que aprendieron a mejorar la calidad del vino.
 

Los monjes Acéticos cistercienses emigraron hacia la región de Rheingau y extendieron la enseñanza de la vitivinicultura.

Hacia los siglos V al X el comercio del vino por ríos y mares era muy importante; el vino no sólo era usado como bebida, también como antiséptico y se mezclaba con el agua (que por aquellos tiempos comúnmente era impura) para poder beberla.

En el siglo 14 en Inglaterra ya se consumían vinos producidos en Portugal, España, Chipre y Creta.

En Oriente Medio la expansión musulmana significó la prohibición del consumo de vino, pero las cruzadas provocaron que nuevas viñedos fueran plantados en las regiones próximas a los Pirineos, así se dio origen a los excelentes vinos de Languedoc.

Para la época del renacimiento, el vino Borgoñés era muy apreciado, hacia 1395 el duque de Borgoña, Felipe el Calvo, con el propósito de provocar que en la región sólo se produjeran vinos de la variedad Vinot Noir, mandó a retirar los viñedos de Gayma.

Don Perignon, un monje del siglo XVII, creó un vino que poseía las características del champagne actual.

Para adentrarnos en la historia del vino en la época moderna hay que destacar que desde inicios del siglo XVIII y debido a los altos impuestos del vino francés, el O’Porto, a pesar de ser un vino de mesa, considerado de baja calidad, comenzó a ganar popularidad en Inglaterra y hacia fines de ese siglo era uno de los favoritos.

En la época del revolución francesa, los viñedos que pertenecían a la iglesia fueron repartidos entre el pueblo, lo que modificó la forma en que el vino se producía.

La viticultura siguió prosperando y extendiéndose hasta llegar a Sudáfrica, América y Australia a mediados del siglo XIV; sin embargo en 1860 al transportar las vides americanas hacia Europa, con ellas llegó la peor plaga de la que se tenga memoria a los viñedos del viejo continente: la Phylloxera, un insecto que se alimentaba de las raíces de la vid, ésta plaga comenzó en el Midi francés y devastó los plantíos de vid y derrumbó la producción del vino europeo, se cree que muchas de las variedades afectadas por esta plaga, no se han vuelto a plantar desde entonces, desafortunadamente otras enfermedades como el oídio y el mildiu también atacaron las viñas europeas en aquellos tiempos. El descubrimiento que salvó de la Phylloxera la viticultura europea fue el de que la vid americana era resistente a la plaga, entonces injertaron la vid europea en las raíces de la planta americana y con ello lograron rescatarla.

Un suceso muy importante en la historia del vino se dio en la feria mundial en París, en 1855, donde se estableció la clasificación de Los Grandes Vinos de Medoc.

En 1863 Pasteur explicó de forma científica el proceso de fermentación del vino y descubrió que el vino se echaba a perder con gran facilidad debido a unas bacterias productoras de vinagre, que crecían por el contacto del vino con el oxígeno.

Luego de la PGM y en medio de grandes esfuerzos por evitar una catástrofe en la industria vinícola europea, en 1936 se creó el sistema francés de denominaciones de origen (AOC), que tenía el propósito de combatir el fraude en las marcas y por vinos adulterados.


Este hecho representó un parteaguas en la historia del vino puesto que a partir de entonces se ha dedicado cada vez más mayor interés a la investigación en el campo de la viticultura, creándose nuevas técnicas y tecnologías para mejorar el cultivo de la vid, gracias a eso hoy en día la producción y comercio del vino es una de las actividades económicas con gran importancia a nivel internacional.

“Actualmente, esta actividad podría estar nuevamente amenazada en varias regiones vinícolas del mundo, debido al cambio climático, ocasionado por el calentamiento global”, (Documental: Seis grados que podrían cambiar al mundo, Ron Bowman-National Geographic, 2007, USA.); se están realizando investigaciones para confirmar o desechar la teoría de que debido al cambio en la temperatura del planeta, algunas zonas donde antes la vid se cultivaba muy bien, ahora están dejando de ser productivas, mientras que otras en las que antes nunca se hubiera dado la producción de viñedos ahora resultan aptas para ello.


Viticultura en México y América

En la América antigua no se llegó a descubrir el vino a pesar de que existían vides silvestres y en México, al iniciar la conquista se trajeron al nuevo continente vides españolas; la orden religiosa de los jesuitas cultivó viñedos en Baja California con el fin de obtener vino sacramental, al misionero Juan de Ugarte se le atribuye la plantación de la primera viña en esa región en 1717, pero en 1767 los jesuitas fueron expulsados del país y se establecieron en la Misión de San Diego, en California.

Hernán Cortés ordenó en 1524 que los encomenderos sembraran mil sarmientos por cada cien indios, y para 1536 existían viñedos en Puebla y Michoacán, hacia 1593 en el actual Parras de la fuente, Coahuila, Francisco de Urdiñola estableció la hacienda vitivinícola de Santa María de Las Parras.

La viticultura se extendió de México hacia Perú, Argentina y Chile, a pesar de que el rey Felipe II había ordenado la desaparición de los viñedos mexicanos para proteger el comercio del vino español, puesto que fue blanco de presiones por parte de comerciantes españoles.
 

 Para 1822 los vinos extranjeros recibieron un impuesto del 20% y los nacionales con un 12%, al año la tasa de importación aumentó al 40%, se eliminaron los impuestos a plantaciones de productos como el olivo, vid y café, ello provocó un auge en la viticultura, surgieron plantaciones en El Valle de Guadalupe, Aguascalientes, Durango y Querétaro. Para 1939 había 1,500 has de viñedos.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
REFERENCIAS:
 

Álvarez Asperó, José

            La viña, la vid y el vino. – México: Trillas, 1991.

Págs. 139-154.

 

Larousse

Larousse de los vinos. – Primera Edición

Págs. 29-33.

 

Ulbricht, Donja

Supp, Eckhard

Dominé, André

El Vino. – Khonemann, 2004.

Págs. 16-28

 

Johnson, Hugh

Robinson, Francis

El vino, Nuevo Atlas Mundial. – España:Blume, 2003.

Págs. 12-15


 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario